Xavi Hernández o el jugador que cambió la historia del fútbol español

Madrid

Septiembre de 2003. Frank Rijkaard se acababa de hacer cargo del Barcelona. La temporada no empezó bien y llegando al ecuador del campeonato de Liga el conjunto culé ni siquiera aparecía entre los diez primeros clasificados

El joven Xavi Hernández de 23 años esperaba paciente en el banquillo, no contaba con la confianza del técnico holandés. Poco a poco, Rijkaard que no era ni mucho menos un ignorante del fútbol, le fue incorporando al equipo hasta hacerse con un hueco en el once titular. Liderados por un gran Ronaldinho que ya empezaba a lucir su sonrisa por los estadios españoles, lograron remontar y terminar segundos.

Esa temporada todos descubrimos una estrella, Ronaldinho Gaúcho. Una estrella que brillaría alrededor de un lustro. Una estrella fugaz que eclipsaba otro astro que durará para siempre en la historia del fútbol español.

Un vecino me decía: "Ronaldinho es buenísimo, tiene detalles parecidos a Zidane pero es capaz de hacerlo a mucha más velocidad. Eso sí, el que mueve al equipo es Xavi, ¡menudo futbolista!". Yo hasta ese momento, eclipsado por la sonrisa permanente del brasileño, no había sido capaz de ver ese motor silencioso.

Los que nos hemos arrastrado por campos de fútbol sabemos cuál es el mejor halago que se le puede hacer a Xavi: "Siempre elige la opción correcta". Da igual cuantos adversarios tuviera por su zona, siempre era capaz de ver la línea de pase óptima, la línea segura o la que sólo los privilegiados son capaces de trazar entre las piernas rivales.

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Xavi cambió la historia del Barcelona y de la Selección Española. No sé si será el mejor jugador español de siempre, pero aglutina los mejores valores del balompié nacional contemporáneo. Gracias por todo eso Xavi. Sólo tu legado como entrenador (si eso es lo que deseas) puede superar tu legado como futbolista.