En dragón a trabajar
De alguna manera Juego de Tronos resuelve psicológicamente una íntima obsesión que tenemos todos: ir a trabajar encima de un dragón echando fuego
Palmeras Salvajes: 'En dragón a trabajar'
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Madrid
Los Emmy consagran a Juego de Tronos como serie de la década. Con los mismos ingredientes con los que se hacen las obras maestras, que no son nada originales pero no se acaban nunca. La ambición, el amor, el odio, los celos. En el caso de Juego de Tronos se incluye también un dragón, que es una especie de miembro fantasma de la humanidad. Paseamos perros y tenemos gatos en casa porque no existen los dragones. De alguna manera Juego de Tronos resuelve psicológicamente a través del personaje de Danaerys una íntima obsesión que tenemos todos cuando suena el despertador el lunes a las 7 de la mañana. Ir a trabajar encima de un dragón echando fuego.
Yo tengo un problema muy común con las series. No las veo porque si empiezo no paro y porque yo necesito un tiempo al día en el que no hacer nada. Quería explicar que no tengo elementos suficientes de juicio, pero en realidad sí los tengo, porque entre las pocas que vi están The Wire y Soprano, que me parecen superiores. Pero comparto la pasión y el gusto por Juego de Tronos precisamente por la misma razón por la que tiene detractores: por la fantasía. Si en algún momento tenemos que creernos la fantasía que sea siempre con el mismo talento, con la misma legitimidad con que aparece en esa serie.
Aunque me gusta pensar que más que fe se necesita esperanza. Ya que nos vamos a morir, por lo menos pensar que existe la resurrección. Eso no lo inventó un guionista de la HBO.
Manuel Jabois
Es de Sanxenxo (Pontevedra) y aprendió el oficio de escribir en el periodismo local gracias a Diario...