Irrelevancia internacional
La parálisis política española se traduce también en parálisis en nuestra presencia internacional
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Madrid
Al hilo de la interesante información de Miguel González ayer en El País sobre las consecuencias del bloqueo político para la proyección internacional de España y su irrelevancia en la escena exterior se pueden añadir algunas consideraciones que el ministerio se deja en el tintero. La primera es que España ya ha sido irrelevante durante los últimos cuatro años con un gobierno con mayoría absoluta. Ha estado al margen de los grandes movimientos tectónicos. España ha tenido, como afirma el catedrático de la Complutense, Juan Carlos Pereira, "un presidente muy poco interesado en política exterior y un ministro de Exteriores muy interesado en política interior». Aunque a Margallo sí se le reconoce el impulso de la llamada diplomacia económica.
Lo cierto es que la parálisis política española se traduce también en parálisis en nuestra presencia internacional. Se hacen o se intentan hacer pocas cosas, aunque no se trata sólo de las directivas comunitarias que no se trasponen, de los nombramientos pendientes o de la anulación de cumbres y viajes oficiales, aun siendo grave. Tampoco es lo peor que países medios ocupen las posiciones que pierde España, lo realmente grave es la oportunidad perdida. Si España fuera hoy un país estabilizado y con una estrategia internacional sólida podría aspirar a mejorar su posición aprovechando que todos los grandes países están sujetos a crisis internas de diversa sintomatología. Del Brexit del Reino Unido a la crisis francesa donde ningún candidato de izquierdas superaría la primera vuelta de unas elecciones, con fuertes protestas por la reforma laboral y un desafío terrorista de primera magnitud. Y una Italia sumida en una crisis bancaria en toda regla. Mientras, nosotros esperamos unas terceras elecciones que no van a cambiar nada en lo sustancial y practicamos una política alicorta que nos aleja aún más del espacio que debería tener la que es la decimosegunda economía del mundo.
Y algo más. Las contribuciones del PP a nuestra presencia en organismos internacionales no han mejorado sino que han socavado nuestra imagen exterior. Cuánto habrá contribuido a nuestro prestigio enviar a Rato al FMI; tener a Arias Cañete dando explicaciones por su relación con empresas que operan en paraísos fiscales o por haber intentado colocar a Soria en el Banco Mundial.