Abriendo puertas en el Supremo
Un paseo por el alto tribunal de la mano del magistrado Joaquín Giménez
Madrid
El magistrado Joaquín Giménez nos enseña algunas de las salas más importantes del Tribunal Supremo. Un edificio del siglo XVIII que fue convento, panteón Real, Audiencia Provincial y que atesora importantes obras de arte. El Supremo celebra el 22 y el 23 de septiembre sus jornadas de puertas abiertas.
Descubrimos qué hay en el interior del Tribunal Supremo
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Las miradas curiosas de Lola Carretero, Marc Giró y Toño Fraguas han sido satisfechas tras esta sesión de puertas abiertas. Los tres han podido descubrir, con la ayuda del magistrado Joaquín Giménez, algunos de los rincones secretos de este espacio.
El propio magistrado tiene su lugar favorito: "El salón de pasos perdidos es una maravilla. Existe en todos los palacios de justicia. Su origen viene de la espera que realizaban los abogados llamados para las vistas [...]También representa esa esperanza que se nos pierde".
La sala segunda de lo penal, donde trabaja Giménez, es "la sala de los criminales". Está albergada en un edificio oscuro, de cristales emplomados y techos altos. Esta sala, tiene sus paredes enteladas de color rojo y un cuadro de cristo crucificado que logra crear el ambiente de culpa al que se exponen los acusados. "Sin embargo, la sala de lo civil, está entelada en oro y con un cuadro de Inmaculada Concepción", contraponía Giménez.
Fue nombrado magistrado del alto tribunal en 1998, dejando atrás unos años "muy complicados" en el País Vasco. Aunque él, dice que no los cambiaría por nada del mundo. Ha hecho una especial mención a aquella época donde "el asalto a bancos y farmacias fruto de la droga era el pan de cada día" y cuyo Código Penal no contemplaba todavía ninguna regulación sobre las drogas como factor criminógeno. Desde aquellos años, se dio cuenta de que "no existe la ley perfecta, todas son mejorables, pero pasa como con los instrumentos, la mano que empuña debe de suplir las propias carencias de la ley". Giménez concluía con una idea muy importante: "Un juez debe de estar en una sociedad ganándose cada día su credibilidad y legitimidad".
Uno de los factores que sin duda llama la atención al entrar en el interior del edificio es el número infinito de fardos de papel de considerable peso que visten los pasillos del edificio. "No hay que leer todas esas montañas de papel. Hay informes por triplicado", contaba el magistrado.
La mujer que encabeza "todo"
María José Garijo es la gerente de esta institución desde hace 7 años. Reconocía que su trabajo le produce verdaderos quebraderos de cabeza porque "siempre falla algo". Es la encargada de solucionar cualquier anomalía, desde si se estropea una tubería hasta si se para un reloj.
Cuadros con los rostros de los Reyes Católicos y multitud de reinas se esconden también en este espacio. "Todas las reinas que tenemos en este palacio son un préstamo del Museo del Prado", destacaba.
Ella organiza todos los arreglos y gestiona el ahorro y el dinero que destina a ellos: "Me gustaría terminar de restaurar ventanas y contraventanas", manifestaba.
Uno de los eventos novedosos que ha organizado estos días ha sido la ópera Traviata que acogerá la sala de la antigua Audiencia Territorial este viernes a las ocho y media de la tarde.