Quiere Page que hablen los militantes. Pues así sea
Desea García-Page luz y taquígrafos, que se abandonen las conversaciones de confesionario, dice, y con él coincidimos en el mismo mantra: que hablen alto y claro barones y notables, que se manifiesten delante de todos

Madrid
Amanece contento este Ojo en la mañana de hoy. Y a qué se deberá tanta felicidad, se preguntarán ustedes, acostumbrados más bien al vinagre que a la mermelada. Fácil, que el presidente de Castilla La Mancha, el socialista Emiliano García-Page ha tenido la sorprendente ocurrencia de decir algunas cosas muy gratas a estos casi siempre críticos oídos. Ha dicho, por ejemplo, que ya es hora de que hablen los militantes del PSOE sobre qué quieren que haga el partido.


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Absolutamente de acuerdo, sí señor, se dirán muchos. Que sean los militantes quienes digan si quieren que siga Rajoy en La Moncloa o si el secretario general –hasta el momento Pedro Sánchez, al que también eligieron los militantes, no sé si lo recuerdan- puede, o incluso debe, buscar otras alternativas de Gobierno.
Desea García-Page luz y taquígrafos, que se abandonen las conversaciones de confesionario, dice, y con él coincidimos en el mismo mantra: que hablen alto y claro barones y notables, que se manifiesten delante de todos, a cara descubierta, queremos esto, eso y aquello y destierren, por indignas, las brumosas conspiraciones entre visillos. Y Sánchez, al tiempo, debe jugar con la misma claridad y sin tapujos en ese Comité Federal que ya se nos echa encima. Claridad, claridad, claridad.
Eso piden los ciudadanos y eso exigen los sufridos militantes. Vergüenza da tener que pedir siempre lo obvio.




