Blanco y en botella
Los críticos del PSOE solo consideran dos opciones: nuevas elecciones o abstención. Y tienen clarísimo que no quieren nuevas elecciones, entre otras cosas para no tener que hacer primarias

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Madrid
Me parece percibir que, después de derribar a su secretario general, las principales figuras del sector crítico del PSOE están experimentando una cierta sensación de vértigo, como si estuvieran asustados de lo que han hecho o como si hubieran agotado su convicción en las acciones que provocaron el cese de Sánchez y ya no les quedara aliento para hacer frente a los próximos capítulos del drama, el principal de los cuales es saber quién se atreve a decir lo que ya han decidido. Aunque ni siquiera se atreven a decirse a sí mismos que ya han decidido, pero basta oírles. Los críticos solo consideran dos opciones: nuevas elecciones o abstención. Y tienen clarísimo que no quieren nuevas elecciones, entre otras cosas para no tener que hacer primarias. Blanco y en botella. Asunto zanjado.
Ahora bien, habiéndose elevado la posibilidad de abstención a la categoría de supremo sacrilegio, ninguno se atreve a poner el cascabel al gato. Todos cuentan con que un desenlace embarullado y coral les permita emboscarse individualmente un poco ante la militancia en sus respectivas agrupaciones y ante esa sombra de las redes sociales que da tanto miedo. Cuesta creer que de esta pusilanimidad pueda salir el nuevo líder o lideresa.




