Difícil empezar a construir

Madrid

El Partido Socialista empieza a ponerle nombre a lo que ya intuíamos. Abstención, la palabra maldita empieza a brotar de la boca de algunos socialistas que defenderán esta posición en el Comité Federal aún sin fecha. Y entre ellos están los socialistas andaluces. Susana Díaz debe haber dado la orden de que ya se puede pronunciar la palabra, aunque ella sigue sin hacerlo parapetada en su calculada estrategia, y esta mañana lo ha hecho el secretario de organización de los socialistas andaluces, Juan Cornejo.

El daño que se han autoinfligido es demasiado severo y la fractura no es sólo entre el aparato, hay una fractura peor, y más difícil de arreglar, la de la militancia.

Aunque hablar abiertamente de abstención no aclara el panorama para los socialistas, ya que algunos siguen manteniendo el NO-como los socialistas catalanes con Miquel Iceta a la cabeza- y otros siguen con la recogida de firmas para exigir primarias y Congreso.

El lío en el que permanecen instalados no deja escuchar tampoco los argumentos de esa pedagogía que ahora creen tan necesaria pero que podrían haber hecho desde la mañana siguiente de las últimas elecciones, porque esos argumentos son tan válidos ahora como entonces.

El resultado era el mismo que hoy, Rajoy era el mismo que hoy, la situación era la misma que hoy... bueno, la situación exactamente no, porque hoy sabemos que Francisco Correa, cabecilla de la Gürtel, se paseaba a sus anchas por Génova, tenía incluso una tarjeta especial para acceder al edificio, como la que tienen los miembros "pata negra", aunque parece que nunca se cruzaba con Rajoy.

Al PSOE se le ha complicado hasta la abstención por culpa de su pésima gestión poselectoral.  Ellos solos se metieron en el lío, ellos solos se enzarzaron en una pelea digna de la peor reunión de vecinos de una comunidad... Y ahora ya es demasiado tarde para pretender salir indemnes de la contienda.

Es posible que a estas alturas la abstención sea lo mejor para ellos, pero a día de hoy están todavía intentando explicar y explicarse y así se plantea difícil empezar a construir. El daño que se han autoinfligido es demasiado severo y la fractura no es sólo entre el aparato, hay una fractura peor, y más difícil de arreglar, la de la militancia.