Ya no hay prisas

Madrid

Durante meses hemos estado oyendo el lamento de Rajoy sobre la catarata de problemas que nos creaba estar sin gobierno y, de pronto, se acabaron las prisas: cinco días para confeccionar uno. ¿Qué sentido tiene esto? Ninguno si aplicamos la lógica en vigor pero, ya saben, es el mundo de Rajoy, en el cual a la galbana se le llama inteligente control de los tiempos. La primera incógnita del nuevo gobierno ya se ha despejado: la economía manda y Luis de Guindos es el jefe. Si ha sido necesario esperar a que regresara de Colombia, si algo del equipo debía ser comentado o pactado con él, es que Guindos tiene muchos galones.

Conocido lo cual y dando por supuesto que Soraya Sáenz de Santamaría seguirá al frente de la sala de todas las máquinas, lo fundamental en esta etapa, etapa sin mayoría, es saber si Rajoy sale al ataque o monta un cerrojazo agazapado a la defensiva. A estos efectos algunos nombres propios van a dar pistas clave. Por ejemplo, será más fácil creer en la voluntad de alcanzar un gran pacto educativo si se nombra, es un decir, a José Antonio Marina. También los nombres propios o la propia estructura del gabinete nos permitirán calcular la solidez de los puentes que se dice querer tender con Cataluña. Finalmente, será interesante comprobar si Rajoy incorpora ya a su gabinete a la nueva hornada de jóvenes o si se guarda la bala para una celebración renovadora más adelante. Pero no hay prisa: la lista sale mañana.