Los sueños no son baratos
Como dice el anuncio, los sueños no son baratos, pero tenemos derecho a soñar que este sea un país mejor y menos irrespetuoso con las personas

Madrid
Como dice el anuncio, los sueños no son baratos, pero tenemos derecho a soñar. Tenemos derecho a soñar que este sea un país mejor, más entusiasta y menos irrespetuoso con las personas, las instituciones, las mujeres, los viejos y los niños; tenemos derecho a soñar que el mundo sea más justo, que haya menos muros y menos ruidos de balas; tenemos derecho a soñar en una cultura más libre y más alegre, a que la educación sea el primer renglón de los gastos de los países, que las armas se guarden, como su nombre indica, en los armarios, que no haya ni racismo ni mala voluntad, que haya salud para todos. Y que haya derecho a soñar, aunque esto no resulte barato.




