Las monedas que puedes utilizar para pagar en España y no son el euro

Madrid

En España se calcula que conviven 30 monedas sociales. La más veterana es "el zoquito" de Jérez, con diez años de vida coge su nombre de una marca de productos ecológicos de la ciudad. También está 'Expronceda' en Extremadura, 'Ekhi' en Bilbao o 'los pumas' del barrio del Pumarejo de Sevilla. La mayoría son nombradas con algo identitario de la ciudad.

Las monedas sociales son una alternativa de pago que supone el último capítulo de una larga historia de monedas que comenzó hace 22 siglos. Los primeros restos de monedas datan del siglo V antes de Cristo. Hasta esa fecha los pagos se hacían con sal. La sal era uno de los bienes más valiosos, porque gracias a él podían conservar los alimentos; en salazón. Y de ésta palabra surge lo que hoy conocemos como salario.

A España trajeron las primeras monedas los colonos griegos y fenicios. Desde entonces han ido surgiendo muchas monedas y hasta el siglo XIX han convivido dependiendo del estado: el tremís, el dinar, el maravedí o el florín de Aragón son algunas de ellas. Ésta última llegó al territorio español desde Florencia, y coge su nombre de la flor de lis que tenía dibujada en una de las caras. El nombre de las monedas no se caracteriza por ser muy original; los escudos también cogían su nombre del dibujo que tenían, los doblones porque valían el doble que los escudos de oro y lo reales porque surgieron con el asentamiento de la monarquía y hacía referencia a la realeza.

En 1868 terminó el absolutismo, Isabel II tuvo que exiliar a Francia y llegó una de las monedas más importantes en España: la peseta. Con la peseta desaparecieron las otras monedas, aunque el término ‘dos reales’ se seguía utilizando para hablar de la moneda de 50 céntimos de pesetas y apareció el duro, que es la manera en la que se llamaba a la moneda de 5 pesetas.

Antes de que llegase la peseta a los bolsillos de los españoles, llegó al diccionario, concretamente 140 años. Hay dos teorías que explican que ya existiese la palabra. Una de ellas dice que es diminutivo de "peso" y la otra habla de una moneda en Cataluña con este nombre, ya que significa "piececita".

Pero todo principio, tiene su final. La peseta desapareció de la vida de los españoles y desde el 1 de enero de 2002 sólo utilizamos euros para la compra venta de servicios y productos. El euro también estaba registrada por la RAE antes de que lo usásemos como moneda. Lleva en el diccionario desde hace 400 años porque también significa ‘viento que sopla de oriente’. Más tarde se incorporó ‘euro-’ como prefijo, perteneciente o relativo a la Unión Europea y ahora es también la segunda moneda más importante del mundo.