Ahora es tarde

Madrid

Ahora es fácil decir que debía haberlo adivinado, que cualquiera hubiera visto las señales. Ahora sí, claro, todo resulta evidente. El problema radica en que nada es tan sencillo, como si a una sirena le dijeran, sal de aquí, evita el agua. ¿Qué es el agua, cuando te rodea?

Le pegó por sorpresa. Fue un puñetazo en la tripa, que le dejó sin aliento y confusa horas. Se debatió durante días. Ya sabía que aquello no era normal, pero ¿Cómo de anormal era? Quienes con tanta libertad decían que no había que dar segundas oportunidades, ¿conocían a Rubén?¿Sabían que era un hombre bueno, pero nervioso, a veces un poco celoso, solo un poco? Algunas cosas encajaban en la descripción que siempre se daba, otras no. Nunca le había controlado la ropa, pero sí el móvil. Jamás, hasta ese día, le había puesto la mano encima, pero las discusiones eran constantes. No la insultaba, pero tras cada una de esas broncas ella se sentía agotada, dolorida en lugares invisibles, confusa. ¿Qué quería aquel hombre?

A sus amigas no les gustaba, pero ¿Qué novio suyo les había gustado? Ella no era demasiado guapa, ni demasiado nada. Rubén era su primera pareja larga. ¿Sabían lo mucho que él había sufrido con la novia anterior, sus inseguridades? Tampoco ella demostraba mucho tacto, a veces. Discutían, pero qué pareja no discute…

Ahora es fácil verlo, ahora que ella está encerrada en casa de sus padres, asustada, ahora que ha denunciado y se lo han explicado con detalle. Pero ahora es tarde.