La despedida más mágica de la música
Se cumplen 40 años del último concierto de The Band, inmortalizado por Martin Scorsese en ‘The Last Waltz’, el documental más mítico de la música
Madrid
Todo viaje tiene un final, un final que inevitablemente resulta melancólico. Uno tiende a mirar atrás, a recordar pequeños momentos, los días buenos. Las despedidas son tristes por eso, porque suponen un final y un nuevo comienzo. Despedidas de enamorados en aeropuertos, en frías estaciones de trenes, o la más duras, despedidas en cementerios en días grises. La despedida musical más bonita que se recuerda cumple ahora cuarenta años. La despedida de The Band, el grupo canadiense que acompañó al Bob Dylan eléctrico y que sin mucho ruido firmó pocos pero muy buenos discos.
The Band cerró los años sesenta en 1976. Durante una noche de sonrisas y abrazos, la banda paró el tiempo o retrocedió en él para juntar sobre las tablas de un teatro a los músicos que habían marcado el rumbo de la música en la década anterior. Estaban todos, no faltó nadie a ese último vals. Aquella mágica despedida fue registrada por la cámara de Martin Scorsese, amigo de correrías y socio profesional de Robbie Robertson, y aquellas imágenes son parte del legado musical del siglo XX.
La grabación de aquel último concierto registra el ambiente único que se vivió aquella noche en la que todos quisieron acompañar a The Band, de Eric Clapton a Van Morrison pasando por Dylan, Dr John, miembros de los Beatles y los Stones, Mavis Staples, Neil Young, Neil Diamond o Muddy Waters. Una reunión especial para despedir a un grupo que también lo fue. Sin ocupar portadas ni reclamar nada, The Band firmó canciones inmensas que en este casi medio siglo no han hecho más que crecer.
Aquella velada en San Francisco fue el final de algo, de una época. No fue la primera gran reunión de estrellas, George Harrison había juntado a un enorme plantel para su concierto para Bangladés un lustro antes. Pero aquella noche resultó memorable, había algo, quizá el enorme talento de aquel grupo de multinstrumentistas, que hacía que todas las canciones sonasen como si hubieran sido creadas para sonar así.
El final de The Band, como todos los finales, fue oscuro y triste, irremediable llegado cierto punto. Pero la manera en la que el grupo se despidió agrandó su legado y fue un nuevo paso para Martin Scorsese, que a lo largo de los años ha rodado documentales de Bob Dylan, George Harrison, los Rolling Stones o sobre la historia del Blues. Scorsese entendió lo especial de aquella noche y lo importante de preservar en imágenes las historias de aquellos músicos de aquella generación.
Cuarenta años después aquel concierto ha sido editado en todos los formatos existentes, con tomas de ensayos y contenido que no se registró ni en la edición en vídeo del concierto ni en las primeras ediciones en vinilo del concierto. Pero que vuelva a las tiendas siempre resulta acertado, no sólo porque es el testimonio de la noche en la que todos los grandes músicos de su época cantaron juntos I shall be release, también por su valor como conjunto más allá de los distintos nombres y porque sigue resultando un disco totalmente esencial y mágico que debería ser un manual para toda banda que quiera decir adiós.