Cine bélico con Carlos Boyero

Madrid

Con motivo del 75 aniversario del ataque japonés a Pearl Harbor, repasamos con Carlos Boyero algunas de las películas míticas de cine bélico. Entre las que rememoran el ataque, destacan la película de Richard Fleischer Tora, tora, tora! (1970) con Martin Balsam y Joseph Cotten; o Pearl Harbor, dirigida por Michael Bay en 2001 y protagonizada por Ben Affleck y Josh Hartnett. Boyero no cree que Pearl Harbor "pase a la historia del cine", pero sí recuerda Tora, tora, tora! "bastante impresionante visualmente". Pero, sentencia, ninguna de las dos es su película de guerra favorita.

Apocalypse Now es para el crítico "la gran epopeya", una película "alucinada, que habla con estilo febril de cosas muy reales. Creo que es dif´icilmente superable, pocas veces me han contado la desazón, el espanto, el enloquecimiento que puede provocar la guerra...". Otras películas bélicas que recuerda el crítico son Invasión en Birmania, El día más largo, El puente sobre el río Kwai ("me parece formidable"), Lawrence de Arabia, La chaqueta metálica o La delgada línea roja.

Además, esta semana se estrena la quinta película como director de Mel Gibson, Hasta el último hombre, basada en una historia real que sucede en plena II Guerra Mundial. Boyero, que "tiene un respeto enorme por el Mel Gibson director" y considera que "sabe hacer cine bélico", ve con ilusión su última película. "Durante la primera parte digo 'esto ya me lo han contado' -Stanley Kubrick en La chaqueta metálica-;  sin embargo la segunda parte, la batalla de Okinawa, es terrorífica", opina. Para el crítico, pues, hay que tener paciencia porque a medida que avanza el largometraje "el potencial dramático, la violencia, el miedo, la desesperación, el coraje...están muy bien contados".

Este viernes Kirk Douglas cumple 100 años, y para Carlos Boyero el actor es "el último grande". Douglas es para el crítico protagonista del cine que más le gusta: el cine norteamericano de los años 40, 50 y 60. "Y es que repasas los directores con los que trabajó Kirk Douglas y está con todos los grandes del cine americano, es como una filmografía", sostiene. El intérprete de Espartaco "tenía mil registros, y sabía dar el lado oscuro como quería: podía ser cínico, cruel, obsesivo...". "Era puro estilo, clase, energía y electricidad, habría que darle las gracias", concluye Boyero.