Morir por hipotermia
Ya sea haciendo ejercicio, de excursión, por un temporal, debido a un accidente o en una situación de vida o muerte, una caída brusca de la temperatura puede ponernos en un aprieto.

Cuidado con las bajas temperaturas. / Pixabay

Madrid
Si el frío te sorprende lo primero que ocurrirá es que empezarás a tiritar para no perder calor. Si pierdes más calor del que puedes generar, empezarán los problemas.
Cuando la temperatura de tu cuerpo empieza a descender por debajo de los 35 grados, aparecen los primeros síntomas: la desorientación y la pérdida de memoria. Tu cerebro empieza a congelarse.
A los 33 grados dejaremos de tiritar y nuestros biorritmos serán cada vez más lentos. Los dedos y la nariz se congelarán y la circulación no fluirá. En ese momento comenzará una lenta agonía en la que desearás que todo funda a negro.




