¿Quién encauza este lío?
Josep Ramoneda sobre la decisión del TC respecto al referéndum Catalán, Rajoy, la quema de imágenes del Rey y la vergüenza de Europa en Alepo
El dietario de Ramoneda: ¿Quién encauza este lío?
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El Tribunal Constitucional bloquea el referéndum catalán, el independentismo insiste en que seguirá intentándolo y todo ello en medio de un desafinado concierto de apelaciones al diálogo. ¿Quién encauza este lío? ¿Y si el resultado de todo esto fuera unas elecciones anticipadas en Cataluña? Sería una pausa en la carrera hacia el referéndum, que daría unos meses de calma, para acabar volviendo al mismo punto en el que estamos ahora, salvo sorpreson electoral. ¿Algún día el gobierno asumirá que el independentismo está ahí y hay que reconocerle porque hoy por hoy es el proyecto político con mayor respaldo en Cataluña y los soberanistas aceptaran que siendo muchos no son suficientes para imponer una ruptura y hay que hablar con Madrid? Mientras este mutuo reconocimiento no exista, no hay salida.
Rajoy se niega a reformar las leyes contestadas por la oposición, especialmente la reforma laboral y la ley mordaza. Es la hora de la verdad de la legislatura. El momento en que la oposición ha de demostrar si es capaz de pasar del No al Sí, del rechazo simbólico a las leyes de la mayoría absoluta del PP a la formación de una mayoría capaz de imponer leyes nuevas. Si lo consiguieran Rajoy estaría contra las cuerdas. Pero me temo que Rajoy vive tranquilo: sabe que sus adversarios no son capaces de ponerse de acuerdo para sumar.
El episodio de la quema de imágenes del Rey por parte de militantes de la Cup, agudiza las contradicciones en el frente soberanista, perjudica la imagen de un independentismo que ha hecho de su fuerza pacífica y tranquila carta de presentación, y genera nostalgia de la primera enmienda de la Constitución americana, que declara que los símbolos no son sagrados y que la libertad de expresión incluye quemar la bandera, la Biblia, el Corán o la foto del Rey. Puede ser impresentable, pero nunca delito.
Y mientras, con los países occidentales atrapados en sus cuitas particulares, en Alepo se entierran los valores que Europa dice defender. Una minoría –la de Assad- apoyada por dos Estados aplasta a una mayoría diversa y compleja a lo que los demás países han abandonado. Otra muesca en la historia de la barbarie. Ciertamente, parece que hay empeño en hacer de Putin el hombre del año.