Capitalismo de amiguetes
Ramoneda reflexiona sobre el paro juvenil, las declaraciones de Forcadell ante el juez y las amenazas de Obama a Putin

Madrid
El debate político viene tenso desde hace tiempo. Y las peleas familiares habitan a los partidos. Pero oímos hablar muy poco de tres cuestiones capitales que configurarán el futuro inmediato: la fractura generacional, con la juventud más sobreprotegida de la historia agobiada por la falta de expectativas, el futuro del trabajo convertido en un bien escaso y con salarios que no garantizan una vida digna, y la indignidad de un capitalismo de amiguetes, en que el estado puede gastar miles de millones para rescatar unas autopistas fracasadas y no atiende las necesidades básicas de un tercio de la población. Ninguna de estas tres cosas está en la agenda política.
Nuevo forcejeo entre la justicia y el independentismo. Gesticulación soberanista en el cortejo de acompañamiento a Carmen Forcadell para declarar ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña. Si realmente se quiere dialogar, ¿no sería ya hora que el gobierno deje de implicar a los tribunales y el conflicto se afronte en el terreno político, que es dónde corresponde? Lo contrario es seguir agradando las heridas narcisistas en los dos bandos.
“Nos machacan con los plagios y luego lo hace el rector”. Esta frase de unos alumnos de la Universidad Rey Juan Carlos lo dice todo. Nos llenamos la boca hablando de que en la educación está el futuro del país y el rector Fernando Suárez viola las normas éticas elementales de la investigación y ni se va, ni le echan. Imagen de país de trileros.
Que Asad no se las prometa tan felices. Su suerte depende de Putin y éste sólo piensa en su interés y en la reconstrucción de la potencia rusa. Y si en algún momento, en alguna negociación internacional le conviene dar la cabeza de Asad lo hará sin ningún escrúpulo. Un dictador tutelado está siempre en precario.
A un mes de dejar la presidencia, Obama amenaza a Putin por la intervención rusa en la campaña americana: responderemos en el momento y en el lugar que decidamos. Parece una broma. La derrota de Clinton y la victoria de Putin en Siria han ensombrecido enormemente la salida de Obama.




