No caer en el mismo error

Madrid

Una de las peores consecuencias del bipartidismo que marcó la vida política en España durante décadas fue el llamado reparto de las instituciones. Durante muchos años, los dos grandes partidos se adjudicaron las respectivas cuotas en los órganos de dirección de esas instituciones, desde el Tribunal Constitucional al Consejo General del Poder Judicial, pasando por el Tribunal de Cuentas, sin atender específicamente al prestigio profesional de los candidatos sino a sus intereses partidistas. El resultado de ese reparto fue la acelerada pérdida de prestigio de esas instituciones, un problema muy grave, que seguimos soportando aun hoy.

Por eso sería tan importante que PP y PSOE no volvieran a caer en el mismo error, que tanto daño ha causado. En los próximos días el Senado, a propuesta de los parlamentos autonómicos, deberá proponer a cuatro magistrados del Tribunal Constitucional. En la ocasión anterior, el procedimiento seguido para la elección de estos magistrados provocó el escándalo del mundo jurídico, por su completa desnaturalización.

Sería bueno que PP y PSOE recuerden que en el año que comienza, 2017, se planteará de nuevo el problema de referéndum en Cataluña y que es imprescindible que el Alto Tribunal recupere la imagen de solvencia y autoridad que nunca debió perder. Pensar que lo importante es asegurarse su maleabilidad es una verdadera tontería: los cuatro magistrados que vayan a representar al Senado y a los parlamentos autonómicos deberían ser profesionales independientes, admirados por sus colegas y sin la menor sombra de dependencia partidista. No es tanto pedir: así se formó el primer Tribunal Constitucional allá en 1980. También es el momento de pensar en quien reemplazará al actual presidente, Francisco Pérez de los Cobos. El candidato preferido por el PP será seguramente el actual magistrado Andrés Ollero, un conocido jurista que fue diputado popular durante 17 años y que es miembro conocido de una asociación religiosa católica, el Opus Dei. Su elección como presidente no dependerá del PP sino de los once restantes magistrados del Tribunal.