Brechas en el propio PP
Cospedal asume el informe del Consejo de Estado ante los familiares de las víctimas del Yak 42, mientras Catalá y Maillo pierden los papeles empeñados en defender a Trillo.

Madrid
Cospedal asume el informe del Consejo de Estado ante los familiares de las víctimas del Yak 42, mientras Catalá y Maillo pierden los papeles empeñados en defender a Trillo. No sé en que acabará todo esto, que parece abrir brechas en el propio PP. Pero de momento, lo que hemos visto es que una mujer ha sabido empatizar con los afectados, mientras que dos machos, erre que erre, no están dispuestos a dar un paso atrás, ni siquiera en las formas.
El número de matrimonios cae año a año, las vidas son más largas y la gente se lo piensa antes de formalizar el compromiso, y cae mucho más el de matrimonios católicos. En el 2000 eran el 75 por ciento del total, ahora son el 22. No hace tanto tiempo que en este país la Iglesia católica controlaba los momentos decisivos de la vida de cada uno de nosotros: el nacimiento (el bautismo) la boda y la muerte. Felizmente este poder eclesiástico sobre los individuos se esfumó. Y la sociedad es un poco más libre, ahí sí que podemos hablar de progreso.
El cinismo de la Comisión Europea no tiene límites. Reprocha a Grecia la situación insostenible de los refugiados por el frío pero rechaza la petición de Acnur de evacuar más personas de las islas. A eso se le llama fariseísmo: quieren salvar la cara aparentando buenos sentimientos, sin hacer nada para que las cosas mejoren.
En recuerdo de Zygmunt Bauman. Los refugiados como chivos expiatorios de nuestros miedos. Bauman lo describía así: “Los culpabilizamos de nuestra inseguridad. Convertidos en nómadas sin hogar sacan a la luz la fragilidad de nuestro confort y de nuestro lugar en el mundo”. Y desvíamos hacia ellos nuestro pánico por la impotencia de enfrentarnos a los verdaderos culpables.
Si me tuviese que quedar con una sola frase de Bauman, quizás ecogería esta: “Uno de los grandes eslogans del siglo XX fue liquidar: liquidar al judío, liquidar al enemigo de clase. Velemos para que el principal programa del siglo XXI no sea la liquidación del hombre”.




