Pequeños lectores, grandes personas
Leer es crecer, y aprender, y educarse, y respetar, y hacerse curioso, y dudar...en definitiva, la lectura es el camino para construir personas
Madrid
El Papa Francisco decía ayer, coincidiendo con la fiesta patronal de los periodistas, que deberíamos ser capaces de dar más buenas noticias, de romper ese círculo vicioso de desgracias y calamidades varias al que parecemos abonados. Bueno, pues hoy vamos a intentarlo; no tanto porque lo diga el Papa, sino por el convencimiento de que es muy sano…no sé si competir pero sí ofrecer alternativas a los grandes portaaviones mediáticos, como la trumpdependencia, la corrupción, los crímenes, las guerras, la desigualdad o la política de escaparate.
Por ejemplo, hoy les propongo dos historias, a ver si les atrapan: la primera es de un chaval que vive en Estados Unidos y que viaja a África para defender a su abuelo de una campaña de desprestigio. La segunda es la de una niña que vive en Suiza y que a través del ajedrez descubre cómo personas y culturas distintas pueden perfectamente convivir. ¿A que son dos historias, dos temáticas tremendamente actuales?
Vale, pues son dos cuentos, son los dos libros ganadores del premio Edebé de literatura infantil y juvenil. Uno se titula La inmortal, el otro Tras la sombra del brujo, y hoy nos sirven para reivindicar por enésima vez el valor de la lectura; y la importancia de inocular esa pasión en los más jóvenes. Porque leer es crecer, y aprender, y educarse, y respetar, y hacerse curioso, y dudar….en definitiva, la lectura es el camino para construir personas. Digo personas dignas, ¿eh?, no las que son capaces de escribir tuits insultando a Bimba Bosé, o de hacer pintadas en un colegio porque acoge alumnos inmigrantes. Esas juegan en otra liga….
Pero vaya, como dice mi amigo Benjamín Prado, si tienes dos médicos que han de operarte del corazón, mejor elige al que haya leído El Quijote, o Cien años de soledad. De entrada, ya tienes algo ganado
