Un spot soberanista

Madrid

Esta mañana decenas de miles de personas van a acompañar a Artur Mas en su camino hacia el banquillo. Las imágenes de esta marcha se incorporarán al portfolio publicitario del procés, que sigue imparable.

La semana pasada me refería a lo que algunas fuentes aseguraban respecto a los planes del independentismo: convocar el referéndum, pero olvidarlo cuando Madrid lo prohíba, y adelantar las elecciones; una posibilidad que aliviaba. Pero al día siguiente desde la mismísima cúpula del independentismo me lo negaban. En la hoja de ruta de marzo del 2015, que es nuestro compromiso, me decían, el referéndum figura como fórmula de refrendo de una nueva Constitución para Cataluña. El referéndum pactado que ahora proponemos y que el Gobierno central rechaza de forma absoluta, añadían, es nuestra concesión para intentar un punto de encuentro, pero de aquí ya no nos podemos mover: vamos a referéndum con todas sus consecuencias.

Lo que más me impresionó fue la naturalidad con la que asumían que el topetazo es inevitable. De hecho, viven ya en la ruptura. Ya no tienen nada que negociar. Ni siquiera se sabría sobre qué negociar. Parece que el Gobierno de Madrid está en las mismas. Al soberanismo, el juicio a Mas le parece un gran spot en la campaña de alistamiento de nuevos voluntarios