La radio no miente
La `posverdad´ no cabe en la radio, cada oyente es un control de calidad.
El 13 de febrero se celebra el Día Mundial de la Radio / Getty Images
Madrid
La radio no miente. Si lo hiciera, ya habría sido desenmascarada y nadie la invitaría a colarse en la intimidad de la ducha o en la cabecera de la cama. La voz desnuda impide el artificio de la apariencia y nos lleva a la palabra como vehículo inicial del ser humano. El acento, el tono, el vocabulario, el desliz, la pausa... nos retrata en la mayor red social de España ante aquellos que presionan el interruptor del aparato cada día para que la realidad llegue a sus oídos como el que llena sus pulmones con una bocanada de aire.
Con situaciones alegres, tristes, controvertidas, consensuales, directas, enrevesadas, cercanas, alejadas, simples y complicadas. Todas verídicas porque incluso las medias verdades de aquellos que intentan distraernos acaban siendo rectificadas o puestas en evidencia por el paso del tiempo.
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El tiempo es el único factor determinante de la radio. Un silencio puede ser un precipicio interminable o un salvavidas en la marejada incontrolada de una argumentación improvisada.
Por todo ello, aunque algunos lo intenten, la posverdad no cabe en la radio; cada oyente es un exigente control de calidad.
