Disyuntivas
Para el PP se trata de saber si prefiere un Podemos radicalizado como líder de la oposición, lo cual agitando bien los espantajos le puede permitir gobernar hasta nueva orden, o un PSOE más fuerte que le asegure un aliado de Estado

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Madrid
Dudas en los partidos después de los congresos. Podemos tiene que optar entre integrar o depurar a los derrotados. Los partidos temen ambas salidas: integrar por miedo al quintacolumnismo y depurar por miedo a las escisiones. La tradición dice que se suele preferir la depuración disfrazada de integración o la purga en dos tiempos.
En el PSOE, también, doble mirada. Mientras Pedro Sánchez ve en Vistalegre II la gran oportunidad de dar un giro a la izquierda, el portavoz de la gestora, Mario Jiménez, considera que el “pablismo-leninismo”, así lo definió, rompe cualquier posibilidad de acuerdo. Lo cierto es que, despejada la gran pradera del centro-izquierda, los caladeros socialistas podrían extenderse desde la frontera con Ciudadanos hasta la muga del errejonismo.
Para el PP se trata de saber si prefiere un Podemos radicalizado como líder de la oposición, lo cual agitando bien los espantajos le puede permitir gobernar hasta nueva orden, o un PSOE más fuerte que le asegure un aliado de Estado ante los grandes desafíos, por ejemplo, Cataluña. Una disyuntiva que determinará si al PP le conviene convocar elecciones muy pronto, por si el PSOE empieza a engordar, o muy tarde, aunque el PSOE engorde. Rajoy aseguró ayer que no adelantará elecciones, pero ya sabemos que la palabra de Rajoy “e mobile, qual piuma al vento”.




