Cosas veredes

Barcelona

Cunde cierto temor en el mundo empresarial catalán: que este año de tensión con el gobierno español, con el referéndum de por medio, acabe con unas elecciones que den la presidencia de la Generalitat a Oriol Junqueras y abran paso a un gobierno con Esquerra y los comunes. Al contrario de lo que piensan algunos, los apoyos del soberanismo no están en la alta burguesía sino en las clases medias y populares, lo que en algún momento se había llamado la menestralía. El poder político catalán cambiaría significativamente de manos.

Da la impresión que el PSOE no ha superado el duelo por haber dado la presidencia a Rajoy y busca compartir el sonrojo si se repitiera una situación parecida, sólo así se entiende la solución imaginativa que han ideado para la ponencia marco de su Congreso que coordina Eduardo Madina. Para evitar interinidades excesivas, en caso de producirse dos votaciones fallidas para investir presidente, en la tercera quedaría prohibido votar No. Una votación perfectamente prescindible porque la elección del candidato estaría garantizada de antemano. Cosas veredes.

Las teorías conspirativas tienen gran predicamento, porque en el fondo tranquiliza pensar que el centro del laberinto no está vacío, que hay alguien que controla y decide aunque sea el Minotauro. La última que se propaga es una alianza entre Trump y Putin para volver a la bipolaridad, y, por el camino, minimizar Europa. Es una visión perfectamente eurocentrista. Porque se olvida de la parte principal. No nos engañemos, el verdadero objetivo de Trump es China. Y puede que lo comparta con Putin, pero nunca podrán prescindir de la gran potencia asiática que es la que quita el sueño a los dirigentes americanos.