Fuerteventura
Reflexión sobre la transformación de la isla

Madrid
Hubo un tiempo en que esta isla donde estoy, Fuerteventura, era un secarral pobre. Siempre fue bella, sus playas fueron, como el viento, su signo y su distinción. El turismo la convirtió, en el siglo XX, en uno de los destinos del mundo, y ahora ya disfruta de una vida distinta. Es un paraíso que conserva la soledad de Cofete y el misterio del Puertito de la Cruz, el sosiego de Betancuria, el silencio de las grandes playas de Corralejo y Morro Jable. Si uno busca la combinación de la felicidad aquí, en Fuerteventura, tiene una oportunidad. Eso es lo que siempre tuvo también cuando era un secarral pobre.




