Racismo soft
Fomentar ese racismo soft en un lugar con el contexto histórico reciente del País Vasco no es ya arriesgado ni peligroso, pero sí es de un extraordinario mal gusto
Seguro que Churchill también dijo "buenos días" alguna vez en un momomento muy importante, ya sabes que además de ser primer ministro británico fue una industria de grandes citas, la más importante de la época. Hoy te traigo otra: cuando le preguntaron qué le parecían los franceses, respondió que no los conocía a todos.
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Si la dijese Churchill no sería de Churchill. El caso es que una frase así en España sería demoledora: disolvería tantos prejuicios y tantos estereotipos que nos quedaríamos sin humor. O al menos sin humor noticiable, que es la peor clase de humor porque siempre acaba en las páginas de los periódicos. En el caso de la televisión pública vasca, por ejemplo, donde se ha hecho un programa en el que se divide a los españoles en cuatro categorías. Me parecen pocas para un trabajo académico y muchas si se quiere ridiculizar a los españoles: con una o dos bastaba.
Hay dos circunstancias: la primera es que en el resto de España se ha hecho humor o desprecio del País Vasco, Galicia, Andalucía o Cataluña, por poner los ejemplos más visibles, con mucho ahínco. Y los afectados se han enfadado, con mucha lógica, sin movilizar al Congreso y a la Audiencia Nacional. Si te llaman cateto y reacciones como un cateto corres el riesgo de confirmarte. La otra circunstancia es que fomentar ese racismo soft en un lugar con el contexto histórico reciente del País Vasco no es ya arriesgado ni peligroso, pero sí es de un extraordinario mal gusto.
Manuel Jabois
Es de Sanxenxo (Pontevedra) y aprendió el oficio de escribir en el periodismo local gracias a Diario...