Torquemada 2.0
Creo, sinceramente, que estamos locos; y que esta nueva inquisición que utiliza las redes sociales como potro de tortura se está convirtiendo en una epidemia muy peligrosa; es como un Torquemada global
Madrid
Hay días en los que no consigo dar crédito al tsunami de tontería, de intolerancia, e incluso de maldad, que nos está atropellando a través de las redes sociales; que pronto deberán tener una sección de “redes antisociales”, porque esto ya pasa de castaño oscuro.
El último episodio de locura colectiva, o de mala hostia, o de no sé qué tiene que ver con una película que se ha estrenado este fin de semana, ‘El guardián invisible’, inspirada en la Trilogía del Baztán de Dolores Redondo. Los libros tienen una legión enorme de seguidores (entre los cuales me cuento, por cierto) y la película ha funcionado muy bien en su estreno.
Pero hete aquí lo que ha ocurrido: una de las actrices de esa película, actriz secundaria para más señas, soltó en un programa de la televisión pública vasca palabras poco agradables con los españoles; de hecho, en todo ese programa se escuchaban lindezas del tipo “fachas”, “pijos”, “chonis”, “catetos”, “retrasados”… O sea, que tiene tela el programa, además de una televisión pública. Es todo lo criticable que se quiera; lo es, sin duda, pero es que lo que está ahora en marcha es una campaña ¡contra la película en la que aparece esa actriz, contra ‘El guardián invisible’!, y la forma que han encontrado de hacer la puñeta, de hacer daño, es difundiendo un mensaje con spoiler, donde se cuenta el final, intentando de esta forma que la gente no vaya a verla.
Bueno…creo, sinceramente, que estamos locos; y que esta nueva inquisición que utiliza las redes sociales como potro de tortura se está convirtiendo en una epidemia muy peligrosa; es como un Torquemada global. O como aquellos puritanos de las brujas de Salem que acabaron juzgando y ahorcando a un puñado de vecinos suyos porque estaban convencidos de que eran aliados del diablo. Alguna investigación posterior reveló que los más fanáticos pudieron verse afectados por los efectos de hongos alucinógenos. Y ojalá lo nuestro, lo de aquí, fuera también una intoxicación pasajera, pero me temo que ha llegado para quedarse.
