El olor del fascismo
Reflexión a raíz de la respuesta de Javier Marías a un periodista

Madrid
Le preguntó un novelista norteamericano a Javier Marías a qué huele el fascismo. Lo cuenta en su columna semanal de El País. Le contestó Marías a su colega que el fascismo huele como todas las tiranías, de izquierdas y derechas, a deseo de aniquilar a “los desobedientes”. Huele también el fascismo, de cualquier signo, a apropiación indebida de las palabras grandes, como pueblo, gente o patria. Neruda decía que patria es una palabra horrible, como teléfono o ascensor. El fascismo se nota cuando se llama “enemigos del pueblo” a los disidentes. Por desgracia, esa tendencia a señalar para aniquilar no se ha quedado en la historia. Está entre nosotros, nos rodea.




