Cómo se puede ir tranquilo a la cama ese juez

Seguro que todos hemos visto a estas alturas la agresión brutal e injustificable de Biel Ribas, portero del UCAM Murcia de Segunda División, que el pasado sábado le dio un guantazo tremendo a Alex Quintanilla, jugador del Mirandés. Esa jugada en el último minuto no la vio el árbitro y no la reflejó en el acta, al no estar en el acta la justicia deportiva se lava las manos, aunque la hayan visto... y miran a otro lado.

Salvo que alguien denuncie, salvo que haya un chivato. Entonces sí, si esta imagen le llega a su mesa entonces la juzgarán y veremos la sanción que le cae al agresor. Pero si no, no, ¿es necesario que alguien tenga que presentar una denuncia? ¿No sería más lógico como por ejemplo como ocurre en el fútbol inglés donde la justicia entra de oficio? La ponga el árbitro en el acta o no, cómo se puede ir tranquilo a la cama un juez que se dedica a impartir justicia sabiendo lo que ha hecho Biel Ribas salvo que le llegue una denuncia.

Pues la denuncia ha llegado, la del Mirandés, y el arrepentimiento también. Porque anoche en El Larguero, Biel Ribas pidió perdón públicamente, aunque según Competición el arrepentimiento debe ser inmediato, espontáneo y sincero, no sé si lo de anoche considerarán que lo fue o no. Pero al margen de la denuncia, Competición y la justicia deportiva debería entrar de oficio, tal vez más de uno se lo pensaría a la hora de agredir al contrario.