Edu Soto: "Los niños te alimentan el alma"

Madrid

‘El árbol de los deseos’ es un nuevo programa que el pasado sábado estrenó la 1 de TVE, al frente del cual está un niño grande: Edu Soto. En él, niños de entre 8 y 11 años piden un deseo con la única condición de que éste no puede ser para uno mismo. A partir de ahí, las tarjetas-deseos se cuelgan en el árbol mágico y él elige con cual se queda.

Los niños, dice el presentador, te hacen viajar a la niñez: “Perdemos la magia cuando vamos creciendo: te quitan las ganas de jugar, de divertirte y pasarlo bien, la ternura…por eso cuando te rodeas de ellos se contagia muchísimo”. Soto ha trabajado con Buenafuente, en Tu cara me suena; ha sido el maestro de ceremonias de Cabaret y se llegó a subir a un escenario con su padre… pero es la primera vez que hace un programa con niños. Y la experiencia, según cuenta, no podría ser más bonita. “Los niños te alimentan el alma”. ‘El árbol de los deseos’ es además un programa “muy generoso” porque en él cumplen los anhelos más desinteresados de los más pequeños. “Un deseo entre abuelo y nieto, una sorpresa…”, rememora. Ha habido un par de deseos que han marcado tanto al presentador que, confiesa, no pudo evitar seguir en contacto con los niños y sus familias, entre ellos el de un niño con una enfermedad rara que se convirtió en superhéroe por un día.

Ana Rivas, productora del programa, admite que tiene “querencia” con Edu Soto. “Sabía que si alguien podía hacer algo con niños y de cumplir sueños era él”. A los niños, explica, les gusta que les hablen como si fueran adultos, de igual a igual. Y eso, Soto lo hace muy bien. Este programa es una idea del hijo del John De Mol, creador de formatos como La Voz. Funcionó muy bien en Holanda, Bélgica y otros países y a raíz de ahí decidieron traerlo a España. El secreto de su éxito está en la emotividad y la inocencia de sus protagonistas. “Cuando ves a un niño que puede pedir un deseo para cualquier persona y lo pide para su madre, porque sabe que le pasa algo pero no entiende qué, o para su abuela que le cuida todos los días porque la quiere ver feliz…No os podéis imaginar lo que hemos llorado haciendo este programa”, comenta la productora.

Aunque trabajar con niños no es nada fácil por la cantidad de autorizaciones que hay que solicitar: al colegio, a los padres… Todo ello sin tener en cuenta los deseos de los niños, a veces irrealizables ya que, como todos sabemos, “los niños, aparte de no tener filtro, tienen una gran imaginación”. Ha habido deseos sencillos y otros más complicados; deseos emotivos, extraños, jocosos, divertidos... Pero entre los más bonitos y también complicados, la aspiración de Sara: una niña que nació sin algunos dedos de una mano y pidió una prótesis para “poder chocar las cinco”. Toda su clase ayudó y el deseo de Sara ya se ha cumplido: la pequeña, de 8 años, ya ha podido chocar las cinco con su madre. Y es que, como dice Ana Rivas, “a veces la televisión tiene esta magia”.