A Ivanka Trump

Madrid

Señora, por fin se repara la discriminacion que padecía seguramente por su condición de mujer y se le instala una oficina en el Ala Oeste de La Casa Blanca. Enseguida vendrán los de siempre con los remilgos y las insinuaciones de nepotismo. Pero ¿hay algo más normal que el amor paterno filial? Recomienda la Biblia no poner bozal al buey que trilla. Y si la familia que reza unida, permanece unida, con los negocios pasa igual. A La Luz de Trump los contratos del francés Fillon serían inobjetables y el caso Juan Guerra no existiría. Vale.