Historias del bien y del mal
La historia de Nicolás Castellanos. obispo de Palencia hace 25 años, momento en el cual decidió renunciar, plantarlo todo y marcharse a Bolivia para vivir con los más pobres nos reconforta y nos reconcilia con muchas cosas
La opinión de Francino (23/03/2017) - Historias del bien y del mal
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Madrid
No se lo van a creer, pero hoy tengo un ataque de confianza en el ser humano; así, como suena. El atentado de ayer en Londres, que como sabrán ya se han atribuido los bárbaros del Estado Islámico, nos ha mostrado una de las peores caras del hombre: la del odio, la del fanatismo…esa gasolina tóxica que impulsa a alguien a lanzarse contra la gente para provocar el mayor daño posible: o sea, el terrorismo en estado puro.
Y además hoy, casualmente, hoy se cumple el primer aniversario de la tragedia de Germanwings, la historia de aquel piloto que víctima –según parece- de una depresión, asqueado de sí mismo y de todo decidió estrellar su avión llevándose por delante otras 150 vidas.
Son dos noticias que no invitan precisamente ni al optimismo, ni a la confianza, ni a nada bueno. Pero siempre hay contrapesos, nunca hay que perder la esperanza y hoy traemos a La Ventana una historia que lo confirma, que nos reconforta y que nos reconcilia con muchas cosas: es la historia de Nicolás Castellanos, obispo de Palencia hace 25 años, momento en el cual decidió renunciar, plantarlo todo y marcharse a Bolivia para vivir con los más pobres. Y ayudarles, claro, que es lo que hace con la fundación ‘Hombres nuevos’, de cuyo trabajo se benefician unas 60.000 personas y que ha conseguido cambiar la fisonomía de uno de los barrios más deprimidos de aquel país.
Hoy le hemos invitado a asomarse a La Ventana para que nos cuente su historia, y estamos deseosos de iniciar la conversación. Pero antes de eso ya ha conseguido algo, y no es poca cosa: que recuperemos, que renovemos eso que les decía antes: la confianza en el ser humano. Porque hay días, sinceramente...hay días que cuesta mantenerla.