El chiste no es el tuit

Madrid

La Audiencia Nacional ha condenado a una mujer, a Cassandra Vera, a un año de cárcel por haber escrito diversos tuits sobre la muerte de Carrero Blanco. Para quien no lo sepa, porque seguro que hay muchos que por edad no lo saben, Carrero Blanco fue presidente del gobierno cuando en España estábamos bajo la dictadura de Francisco Franco. Creo que es necesario hacer esta aclaración para poner las cosas en su contexto: en el 2017, siglo XXI, hay como mínimo dos generaciones que saben de Carrero Blanco por los libros de historia.

Y a una de estas generaciones pertenece la mujer condenada. La mujer, no la tuitera -no entiendo el escribir en Twiter como una actividad que deba poner título a la vida de uno-Cassandra Vera, que así se llama la condenada, es estudiante de Historia.

Pues bien, antes de Cassandra hubo muchos que hicieron chistes a costa de Carrero Blanco, algunos fueron ilustres humoristas que con estos chistes ayudaron a que en este país empezáramos a respirar libertad, porque, por fin, se podían hacer chistes con la dictadura y con un régimen que asesinó y secuestro la libertad de todo un país.

Eso fue hace muchos años, pero menos de los que hemos retrocedido hoy con esta sentencia. Este es un país de locos y no voy a ponerme a hacer comparaciones de sentencias que me hagan pensar que estoy haciendo demagogia, cuando simplemente lo que estaría haciendo es presentar las incongruencias de un sistema judicial al que a veces cuesta entender.

Desayunamos, comemos y cenamos con las vergüenzas de un país que tiene al partido en el gobierno imputado, en el que magistrados toman cañas con políticos del partido al que investigan, en el que se vitorea a futbolistas maltratadores o defraudadores, en el país del no me consta, yo no sabía nada porque esto lo llevaba mi marido.

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En este país en el que pasan tantas cosas sin que pase nada, a una mujer la condenan por reírse de una dictadura cuyos muertos siguen en las cunetas y que todavía no ha sido condenada por muchos.

Hay días en los que uno piensa si va a ser habitable el nuevo sistema solar localizado, pero no para irse a vivir, sino para mandar a todos aquellos que impiden que seamos un país decente.