Doble rasero

Madrid
Sorprenderse de lo que se dice en Twitter es inútil porque la sorpresa es inacabable. Ayer leí esto, firmado por el nombre y el apellido de alguien, no es un troll: “Alegrarse de la muerte de un represor y brindar por la muerte del dictador no sólo no es delito sino propio de la gente que ama la libertad”. Viene a cuento de los chistes sobre Carrero que han causado condena de cárcel para una tuitera. Le pregunté a la persona que hacía aquella afirmación si pensó eso siempre y si lo piensa de todos los dictadores. Sí, siempre pensó así. Convendría parar un rato y pensar qué pasa cuando los brindis toquen por los dictadores que nos gustan.




