Las mujeres representan ya el 64% de los jueces en activo menores de 50 años
Sandra Lozano, magistrada en Amposta, tiene 30 años y consiguió la nota más alta en las últimas oposiciones

Imagen de una jueza dictando sentencia. / iStock Photo

Madrid
Un informe publicado este martes sobre la estructura de la carrera judicial del Consejo General del Poder Judicial concluye que las juezas son el 52,7% de la judicatura, pero siguen siendo minoria en la cúpula del poder judicial. El porcentaje aumenta hasta casi el 64% si hablamos de magistradas menores de 50 años. Este es el caso de Sandra Lozano, magistrada en la localidad tarraconense de Amposta desde hace solo dos semanas y la nota más alta en la última oposición: "Estudié la doble licenciatura de Administracion y Direccion de Empresas y Derecho. Y enseguida me di cuenta de que queria ser jueza".
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Las mujeres representan ya el 64% de los jueces en activo menores de 50 años
Lozano, que tiene 30 años, asegura que estudiar para la oposición "fue un horror". Dedicaba al estudio, de media, entre 8 y 10 horas diarias, que a medida que se acercaba el examen llegaron a hasta las 14. "Supone mucho sacrificio, mucha fuerza de voluntad, pero ha tenido su recompensa. Y, aunque sé que es mucha responsabilidad, no me arrepiento y disfruto cada día de lo que hago".
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El juzgado de Amposta, en el que trabaja Lozano, es mixto, por lo que tiene procesos por la vía civil y por la vía penal. En este último caso ella es la encargada de las instrucciones, lo que supone enfrentarse a situaciones muy duras:"Los casos de abusos a menores son los que te dejan mas tocada".
Encontrar una magistrada tan joven no es lo usual. De hecho, esta misma mañana una señora se ha asombrado al ver a Lozano con el mazo y la toga: "Llegar a un juzgado y ver a una jueza tan joven llama la atencion". Para ella, sin embargo, es algo normal, porque, según ha contado, la media de edad de los opositores de su promoción era de 28 años. Ha reconocido, no obstante, que al principio temía que no le tuvieran respeto. Algo que, finalmente, nunca le ha pasado.