La aventura de Didac Costa, 108 días recorriendo el mundo a vela en solitario
El regatista ha sido el segundo español en terminar exitosamente la Vendée Globe, la competición que da la vuelta a la Tierra a bordo de un barco de vela
Madrid
Didac Costa ha pasado 108 días surcando las aguas de todo el mundo completamente solo, sin asistencia, sin escalas y sin pisar tierra, empujado por el constante balanceo de las olas. Ha recorrido todo el mundo a bordo de su barco de vela con motivo del Vendeé Globe y finalmente ha completado el viaje aclamado por cientos de personas. En Hoy por hoy con Macarena Berlín hemos charlado con él.
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Didac Costa es bombero, pero desde pequeño amaba navegar con sus padres. "Es algo que siempre he hecho en paralelo", contaba. Ya dedicándose a su profesión hizo algunas regatas, que le sirvieron como entrenamiento para la Vendée Globe. Esta aventura ha requerido un mayor esfuerzo, porque se adentró en el mar en solitario con un barco de segunda mano, al que cambió el nombre a pesar de la mala suerte que dicen que trae hacerlo. "Se suelen cambiar los nombres si hay un patrocinador", decía aunque no fuera su caso. Como no encontró ninguno, al barco lo nombró con 'One ocean, one planet', un lema de la UNESCO para la conservación de los océanos.
El viaje estuvo lleno de contratiempos que son habituales en estas regatas. Tan solo una hora más tarde de zarpar, la embarcación sufrió una inundación y tuvo que regresar al puerto."Agradecí que me pasara en ese momento, porque si no hubiese tenido que abandonar la regata", decía. Explicaba que la única parada que está permitida es regresar al puerto de salida. Aprendió a coser y tuvo que arreglar su timón y varias velas en diferentes ocasiones.
La soledad no fue su mayor preocupación, porque, dice, no le quedaban muchos momentos para pensar. "Estás cansado, tienes que comer, reparar las averías", explicaba. Además, debía dejar constancia en vídeo de su actividad diaria.
Uno de los puntos por los que pasó fue el llamado 'punto Nemo', entre Nueva Zelanda y Sudamérica. "Está más cerca la estación espacial de alguna ciudad, que algún punto habitado de la Tierra", decía para explicar la lejanía de la localización.
Más de un centenar de personas recibieron a Didac Costa al finalizar la regata. Durante su viaje no mantuvo contacto físico con ninguna persona, aunque sí pudo hablar por teléfono y conectarse a internet puntualmente. "La llegada fue impactante, los primeros días estás como en una nube", decía con respecto al contacto con tierra y con la gente.