La vida que esconde la madrugada
Es la suya nuestra propia voz
Es la suya nuestra propia voz
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Madrid
Y esta semana de bajada de temperaturas, nos abrigamos bien y guardamos silencio para concentrarnos en las voces de la madrugada, mientras nos preguntamos si escuchamos más a los otros que a nuestra voz interior.
Luis no escucha las voces de alerta de su familia. Lleva tres años en contacto con una chica a la que, hasta lo que sabemos, iba a conocer en persona esta semana, para empezar una vida en común.
Han pasado más de veinte años pero Ángel nunca ha podido olvidar la reproducción del Guernica que quiso regalarle a Sitges y que el ayuntamiento dejó abandonada en el trastero de un hotel.
Dice Charo que al tener una discapacidad, todo el mundo a su alrededor se cree con derecho a dirigir su vida sentimental. Que cuando se fija en alguien, le piden que desconfíe y que cuando no tiene pareja, le recuerdan que si no se da prisa, nadie la cuidará cuando lo necesite.
María tiene la ira metida tan dentro, que cree que no se la va a poder quitar de encima nunca. Odia a su hermana, que acogió en su casa a una madre egoísta, que estuvo años sin dirigirle la palabra. Supo de su muerte tres meses después de que ésta se produjera.
Álvaro nos contó que su relación con una compañera de trabajo se rompió en el mismo momento en el que su ex mujer le cogió el móvil y empezó a chatear con ella.
Se llama Antonio y sospecha que su mujer está ejerciendo la prostitución. Se lamenta de que ella, que entre semana trabaja en otra ciudad, regrese a casa siempre con un objeto de valor nuevo y que ya no quiera mantener relaciones sexuales. Se está planteando contratar a un detective que la siga.
Al escuchar a Antonio, Jose, un policía que estaba de servicio, detuvo el coche patrulla para llamar al programa y recordarle que ella puede hacer lo que quiera. Que es una mujer libre y que no tiene derecho a seguirla.
Luis elige con delicadeza los libros con los que los nietos empiezan a construir sus bibliotecas, porque asegura que no hay nada que le guste más en el mundo que leer. Pero desde que murió su mujer, no le resulta fácil concentrarse en la lectura. Dice que lleva la tristeza dentro.
Las voces que nos trae la madrugada, mientras los demás duermen, en ocasiones nos sorprenden recordándonos que en ellas encontramos nuestra propia voz, a la que pocas veces escuchamos.