Padrino
Sí, sí, llévatela contigo, así le das la merienda fuera, os espero para la hora de cenar

Historias a media mañana con Espido Freire (02/05/2017) - Padrino
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Madrid
-Sí, sí, llévatela contigo, así le das la merienda fuera, os espero para la hora de cenar.
No sé qué había de malo en los cumpleaños de antes, con sus medias noches de chorizo, la tarta y el chocolate con churros, pero han desaparecido por completo: cuando mis sobrinos cumplen años, ahora, la casa se convierte en un bullir de gente, padres, niños, madres responsables de comprar un regalo, postres de tendencia, expertos en globoflexia y otros personajes de gomaespuma. Mi sobrina mayor, mi ahijada, se aburre tanto como yo. O quizás sea una pose, está en esa edad en la que la expresión asqueada se convierte en una máscara ante sus padres y ante los gemelos.
Por lo tanto, me la he llevado al puerto, hemos encontrado un lugar incomodísimo entre las rocas donde rompe el mar, y hemos comido el sandwich mal hecho que he envuelto. Mi ahijada habla poco. Yo, aún menos. Nos entendemos bien. De vez en cuando me cuenta algún drama infantil que, sin duda, trastorna su vida, y que debería contarle a su madre, pero que me callo, mientras la observo con aire comprensivo. No sé cómo me verá esta niña. Me la colocaron en brazos un día y me comprometí a educarla y a protegerla. No sé educarla y no puedo protegerla. De manera que me conformo con librarla de cumpleaños horribles y darle unos euritos, con dejarla correr descalza cuando aún hace demasiado frío. Ella me coge de la mano y baila para evitar las conchas. Supongo que lo estoy haciendo bien.




