"La adolescencia es tan determinante que no se deja de abandonar nunca"

Madrid

Aunque ha estrenado decenas de libros, en el interior Juan José Millás permanece ese sentimiento especial cuando publica un nuevo trabajo. Es lo que le ocurría esta misma mañana, cuando salía a la venta Mi verdadera historia, una novela en la que plasma la mirada de un adolescente y en la que el lector le acompaña en su proceso de madurez con un episodio que determina su vida.

Se trata de un libro breve, con letra grande e ilustraciones, pero cuyas páginas albergan palabras muy valiosas. Pertenece al género de iniciación y sus personajes crecen a lo largo de la historia. "Aprender a leer es aprender a leerse y la lectura tiene la ventaja de que todas las experiencias que se viven son reversibles", describía.

Sin embargo, a pesar del género, puede ser leída por cualquiera, ya que Millás consigue que el lector logre empatizar con el joven. En este caso el protagonista es un adolescente de 12 años, cuya vida cambia en el momento en el que decide tirar una canica por un puente y ocasiona un accidente de tráfico. "Cuando una novela de jóvenes es buena, es buena para todos", comentaba.

El hilo conductor de la historia es la culpa de este adolescente al causar tal desgracia y nos hace reflexionar sobre nuestros sentimientos a partir de los del muchacho, descritos por Millás con una enorme crudeza. El autor explicaba cómo "la culpa está muy presente en esas edades" y que "es raro que los jóvenes no arrastren la culpa de un hecho real o fantástico".

La mirada que arroja el niño a sus padres es una de las características del libro que contiene un gran trasfondo. Se dibuja perfectamente su fragilidad adulta, y se pueden contemplar otros conceptos como la búsqueda de la aceptación del padre y la definición de normalidad del chico. "Él es un intruso en el territorio de normalidad en el que vive porque esconde un secreto", decía sobre el protagonista.

El escritor cree que esta novela puede adaptarse muy bien a los adolescentes lectores, pero igualmente se encaja muy bien en ojos adultos porque dice,"la adolescencia es una edad tan determinante que no se deja de abandonar nunca". Y con esta historia ocurre con otros libros, que actúan como un espejo porque "al mismo tiempo que nos refleja, nos devuelven cosas que no habíamos visto", concluía.