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ENCICLOPEDIA CURIOSA DEL CINE

Un icono del Hollywood dorado

El 18 de mayo se cumplen 90 años de la inauguración del Teatro Chino de Grauman, una de las salas de cine más famosas de la historia.

Judy Garland y Mickey Rooney dejando sus huellas

Madrid

En el número 6925 de la avenida Hollywood Boulevard de Los Ángeles hay un edificio bastante “kitch” cuya fachada imita a una pagoda oriental con un techo rojo sujeto por dragones ondulados. Junto a la puerta, dos grandes estatuas mitad perro, mitad león, parecen proteger la entrada. Es el Teatro Chino de Grauman, uno de los lugares más míticos de Hollywood. Delante y a los lados de la entrada hay una especie de plazoleta con baldosas de cemento en las que se hallan impresas las huellas de pies y manos de grandes estrellas de la pantalla. Y es que la mitomanía es el gran atractivo del Teatro Chino, lo que lo convierte en visita obligada de todo aquel que llega a Los Ángeles. Cada año más dos millones de turistas pasean por estos patios y prácticamente todos repiten el mismo rito: Buscan las huellas de su actor favorito y ponen encima sus propios pies para comprobar si son más grandes o más pequeños.

Sucedió Una Noche (21/5/2017): El Teatro Chino de Grauman, 90 años

10:30

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El 18 de mayo de 1927 con el estreno de la película “Rey de reyes”de Cecil B. De Mille, el Teatro Chino abrió sus puertas por primera vez. Su creador y dueño era Sid Grauman, artista de vodevil, promotor de boxeo y empresario teatral. Entre otras curiosidades hizo de extra en la primera versión de “Ben-Hur”, la que rodó Fred Niblo en la etapa muda. Grauman era todo un personaje, muy amigo de las estrellas de la pantalla de los años 20 y se le considera el hombre que introdujo el sentido del lujo en el cine. Él fue el verdadero inventor del estreno hollywoodiense, con focos que barrían el cielo y multitudes que se agolpaban tras los cordones de borlas para ver a las estrellas en persona.

En cuanto a la costumbre de las huellas parece ser que todo empezó por casualidad. Poco antes de su inauguración, cuando se daban los últimos toques a su entrada, la actriz del cine mudo Norma Taldmage pisó accidentalmente en el cemento fresco y sus huellas quedaron plasmadas en el suelo. A partir de entonces se convirtió en una costumbre y en la actualidad hay más de doscientas huellas para disfrute de los mitómanos. Y no solo se trata de huellas de pies y manos. Jimmy Durante estampó la marca de su narizota, Harold Lloyd la de sus gafas, Betty Grable la de sus míticas piernas, Groucho la de su puro y Harpo Marx dejó la huella de su arpa. Marilyn Monroe también intentó ser original: “Cuando nos pidieron a Jane Russell y a mí que dejáramos nuestras huellas en el Teatro Chino sugerí que Jane se tumbara boca abajo sobre el cemento blando, y yo al contrario, que me sentara encima. Pero no aceptaron la idea.”

Cada cierto tiempo se amplía el patio para reacomodar nuevas huellas. En 1968 el teatro fue declarado edificio histórico y en estos 90 años ha sufrido diferentes remodelaciones. La última a principios de este siglo, ampliando su número de pantallas e integrándose en el complejo Hollywood & Highland, en el que también se ha construido el teatro Kodak, actual serie de la ceremonia de los Oscar.

Huella de Sid Grauman

Antonio Martínez

Antonio Martínez

Lleva más de 30 años en la SER hablando de cine y de música. Primero en 'El cine de Lo que yo te diga',...

 
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