Christopher Lee

Madrid

Comencé con mi carrera como actor gracias a mi primo. Él era embajador de Italia en Reino Unido y fue el que me contó que nuestra abuela materna había sido una soprano famosa, lo que hizo que me creyese de verdad que el artisteo corría por mis venas. Empecé con pequeñas obras de teatro y con ópera, en homenaje a mi abuela, supongo.

Y en radio...también la radio, porque es verdad que además de altura, la naturaleza me dotó con una grave voz, que por cierto unos años más adelante usé incluso en bandas heavy metal. Hice tantas cosas en la vida...cierto es que viví muchos años. Me dio tiempo a casi todo. A ser un niño bien del centro de Londres, a ser un adolescente de padres separados, a estudiar en Suiza, a recorrer Europa...me dio tiempo incluso a vivir una guerra mundial. La segunda para ser exactos...recibí entrenamiento como piloto y así estuve cinco años perteneciendo a la Royal Air Force, pero mis problemas de visión me impidieron continuar en esa línea.

A operaciones especiales y de inteligencia fue donde me enviaron. Mi papel fue tan activo que, a día de hoy, siendo ya un personaje fallecido y habiendo pasado tantos años de esta guerra de la que les hablo, muchas de mis misiones siguen clasificadas como secretas. Me retiré una vez terminó la guerra, y entonces, me dediqué de lleno a la interpretación. Curioso, sí...

Tras varias primeras incursiones en pequeños montajes, mi primer papel protagonista fue como monstruo, en Frankenstein. Solo un año después apareció en mi vida uno de los roles a los que siempre estaré asociado y que no voy a desvelar. Aunque tiene que ver con la noche y con los murciélagos. El género de terror fue desde entonces mi género.

Hice tantos papeles de malo, de monstruo, de todo en estos momentos que hasta me rechazaron en un papel de militar, que no pegaba decían, yo, que había sido cinco años uno de ellos. Hubo incluso polémicas con las siguientes películas porque apenas si aparecía, cuando me habían prometido papel protagonista. El caso es que tuve, como casi todos en algún momento de nuestras vidas, que llegar a acuerdos.

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Hubo más...ya les digo que mi vida cinematográfica fue contundente. Lo que pasa es que en los años 70 se produjo la decadencia del cine de terror, y claro, yo estaba completamente ligado a este género. La fortuna llegó primero de la mano de Billy Wilder, que me dio un papel fuera de tanto terror y sobre todo, llegó al lado de mi compañero, que ha fallecido hoy, Roger Moore. Él era James Bond y yo, como no, era el malo. Hace muchos, muchísimos años de esto, pero para mí fue fundamental en mi vida tanto profesional como personal esta intervención.

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Mi relación con James Bond venía ya de atrás, porque Ian Fleming, autor de las novelas de espionaje de James Bond, se convirtió en mi primo con la segunda boda de mi madre...

Porque tras este villano, llegaron otros, e incluso gracias a ellos y cuando parecía que todo decaía, llegó la televisión. Y de nuevo, ocurrió que mi carrera pesaba mucho y que Spielberg o Tim Burton contaron conmigo a pesar de la edad. En 2001, cuando estaba en el ocaso de mi carrera, llegó un papel que me hizo más ilusión que muchos otros, porque yo tenía por costumbre leer a Tolkien una vez al año y pude, al fin, convertirme en uno de sus personajes. Claro que para poner la guinda del pastel llegó George Lucas y entonces pasé a la historia siendo un personaje de Star Wars.

Les he hablado tanto de mi vida profesional porque de la personal tengo poco que contar...Me casé con una mujer que estuvo a mi lado toda mi vida, hasta el final de los finales, y tuvimos solo una hija.

He sido malo...muy malo...pero creo que solamente en la gran pantalla...