Cuando las cosas son lo que parecen
El partido en el Gobierno está atravesado por una sucesión de escándalos de corrupción sin precedentes y por eso más que nunca, los movimientos en los tribunales deberían ser de una apariencia de imparcialidad inobjetable
Pepa Bueno: 'Cuando las cosas son lo que parecen'
02:08
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1495780772_538348/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Las idas y vueltas de los magistrados a la política o a cargos de designación política o a propuesta de los partidos políticos no son una novedad. Es un debate antiguo y que emerge cuando la actualidad judicial está en un primer plano. Como ahora. Pero ahora además, el partido en el Gobierno está atravesado por una sucesión de escándalos de corrupción sin precedentes en esta democracia y por eso más que nunca, los movimientos en los tribunales deberían ser de una apariencia de imparcialidad inobjetable. Ya está claro que esa apariencia no está entre las prioridades de este gobierno que tiene reprobado por mayoría absoluta del Congreso al ministro de Justicia, al fiscal General y al fiscal Anticorrupción.
Más información
La mayoría conservadora del Consejo del Poder Judicial -y solo con los votos de esa mayoría conservadora- acaba de ascender a una magistrada recusada en su día para juzgar el caso Gürtel por su vinculación y proximidad al PP. Y la han ascendido a presidenta de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional. Es decir, será la jefa de los magistrados que la apartaron por esa proximidad. Tendrá potestad para decantar e intervenir en casos como la Púnica, la Lezo o Bankia. ¿Era la única opción? ¿Su trayectoria, méritos, carrera, experiencia y solvencia la convertían en la elección ineludible y su vinculación al PP un detalle de su biografía que no puede condicionar la carrera de nadie? Pues no. Había otras opciones, otros magistrados y magistradas en los que la apariencia de imparcialidad estaba garantizada.
La Fiscalía Anticorrupción se preguntaba en el 2015 sobre Espejel, y esto es literal, si "un observador objetivo tendría razones para dudar de su imparcialidad sobre el PP".
Cuando las cosas son lo que parecen, sobran más explicaciones.