'Appetite for Destruction', el disco que puso América patas arriba

Madrid

La historia de Guns n' Roses sobre el papel parece una ficción de Bukowski -vivieron en tugurios, con letras escritas en cajas de pizza, entre droga y strippers. Pero entre la mugre vencieron las canciones, tanto que a finales de los años 80 las discográficas se peleaban por ficharles.

La historia de la banda comienza en los años 70 en el pequeño pueblo de Laffayette, Indiana, Estados Unidos. Allí se conocieron William “Bill” Bailey e Izzy Stradlin. El primero era un delincuente juvenil y la cosa empeoró cuando se enteró de que su padre biológico no era quién pensaba. El auténtico se apellidaba Rose, así que decidió cambiar su nombre a Axl Rose. Rose y Stradlin huyeron a California para abrirse camino en la escena rockera de Los Ángeles. Coquetearon con drogas de mala calidad, vino barato y pasaron muchas noches durmiendo en la calle. Pero también fundaron la banda Hollywood Rose. Un grupo que se fusionaría con L.A. Guns, dando origen a la primera formación de Guns N’ Roses. Y Axl encontró en Slash el socio que llevaba años buscando.

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“En el momento en que rasgamos el primer acorde, allí había algo. Y todos lo supimos”, dirían después. "En las otras bandas había maquillaje, lo que hacíamos en nuestra banda era tocar rock and roll", dijo Axl. Su nombre empezó a ir de despacho en despacho. Se había generado un fenómeno fan ajeno a las discográficas. Al final, la afortunada fue Geffen Records.

Firmaron en 1986 con el sello para grabar ‘Appetite For Destruction’, su primer disco de estudio. Salió a la venta en julio de 1987. Pero 'Appetite' llegó al número 1 en Estados Unidos en agosto de 1988, más de un año después de su lanzamiento. Así se fraguó uno de los primeros mejores discos, sino el mejor, de la historia del rock. Cincuenta minutos de música de cinco bestias.

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