La última lección del maestro Chuck Berry
El último disco del legendario Chuck Berry llega esta semana a las tiendas tras su muerte en marzo
Madrid
La muerte tiene una especial fijación con los músicos, se ha llevado a tantos y de tantas maneras crueles que tiene la técnica muy depurada. Tras una época de especial predilección por los chavales y chavalas de 27 años, hoy en día anda atareada retirando leyendas ya veteranas. A pesar de su dedicada profesionalidad, su espíritu melómano ha tendido una mano a sus héroes dejándoles grabar un último adiós. El testamento. La despedida.
Recomendación Sofá Sonoro: Chuck
04:35
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/001RD010000004605397/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Esa última oportunidad permite comprender las pasiones musicales de la muerte. Se llevó a Janis y a Otis mientras grababan, a Bowie en la víspera de la publicación de Black Star, a Cohen lo dejó escuchar el disco ya terminado. Con Chuck Berry ha sido un poco más cruel. Tras 38 años sin grabar un álbum, la muerte -con Gibson o guadaña al hombro- empujó al viejo nonagenario de vuelta al estudio con la obligación de hacer canciones nuevas. Y a su edad, el viejo Chuck se puso manos a la obra, quién sabe si con la esperanza de convencer al diablo de volver a coger el coche y la guitarra y regresar a unos escenarios que nunca abandonó del todo. Chuck Berry murió el 18 de marzo de este año y su último disco llega este viernes con el recuerdo de su muerte todavía presente.
Y Chuck, el primer disco de Berry desde 1979, es una excelente despedida. Quizá las 10 canciones más importantes -que no mejores- de su extensa carrera. Importantes por el papel que juegan al devolver su música al presente, al siglo XXI. El hombre que inventó el rock n roll no tenía que justificar nada a nadie, ni rendir cuentas. Había hecho mucho más que muchos otros. Pero, aunque seguía dando conciertos y espantadas, 38 años sin un disco son un mundo. Y la sensación es que su nuevo trabajo emociona y dispara rápido. Aunque haya riffs excesivamente repetitivos no está mal recordar quién los inventó. Y también hay baladas, canciones tan tiernas como Darlin, viajes al pasado, en la respuesta femenina al Johnny B Goode, y joyas como Wonderful Woman.
Chuck es, sin duda, una gran despedida de Berry, de uno de los pilares fundacionales del rock, del tipo que enseñó a miles de mocosos lo bien que quedaba una guitarra al cuello y todo lo que se podía hacer con ella. El adiós de Berry es un álbum profundamente esencial para cerrar con clase y elegancia la biografía del primer astronauta del rock, un disco que en algunos momentos te pone los pelos del cogote de punta, puede que de la emoción, tal vez porque se percibe el aliento de la muerte en otra joya póstuma de la música, la del padre de todos los anteriores, el hombre que con 90 años entró a un estudio de Luisiana a grabar las últimas canciones de una vida dedicada a la música.