Adiós a una televisión partidista y vergonzosa
Mariano Rajoy ha logrado destrozar unos informativos modélicos con un director proveniente de la caverna de Marhuenda y una redacción paralela para escribir al dictado. No queremos ni verle

Qué poco queda para echar con gritos de fuera, fuera, a José Antonio Sánchez, pronto ex presidente de RTVE gracias a los votos del Congreso. Que tanta paz se lleve como descanso deja, tras su ignominiosa actuación en el ente público. Decidió Rajoy cuando ganó las elecciones de 2011 que lo primero que tenía que hacer era blindarse con una televisión pública alfombra, besucona con su gobierno y su partido hasta el empalago, mera oficina de propaganda a las órdenes de la Moncloa.
Más información
Cambió la ley con total desvergüenza, y tras alguna duda, pronto dio con la persona apropiada para cumplir la tarea. Y encontró a nuestro hombre, toda su vida en posición de firmes ante el PP, que en la prensa de la caverna, en Gürtel y en Telemadrid ya demostró qué significa ser un obediente servidor de quien le paga.
Sánchez alardeó en el Congreso de “votar al PP”, además de ser “católico, apostólico y romano”, y dejó para la posteridad esta extraordinaria sentencia: “España nunca colonizó, sino que civilizó. ¿Cómo los españoles de ese entorno se iban a dedicar al exterminio de los seres humanos?” Y el prenda se quedó tan tranquilo.
Ha logrado destrozar unos informativos modélicos con un director proveniente de la caverna de Marhuenda y una redacción paralela para escribir al dictado. No queremos ni verle. Adiós, José Antonio Sánchez, adiós.




