Europa era mujer
Si a Kohl, la Europa oficial le ha rendido honores; a Veil deberían levantarle un monumento
'Europa era mujer'
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Madrid
Europa mira estos días hacia el pasado con nostalgia y cierta frustración. Los fallecimientos del alemán Helmut Kohl y de la francesa Simone Veil ponen aún más de manifiesto la falta de referentes de su talla en la construcción europea. Quizá la crueldad de la primera mitad de Siglo XX curtió a los supervivientes hasta tal punto que les empujó a cambiar ese mundo que debía habitar en sus pesadillas.
Si a Kohl, la Europa oficial le ha rendido honores; a Veil deberían levantarle un monumento. No sólo por europeista, que lo fue en su calidad de primera presidenta del Parlamento Europeo, sino por su gran humanidad. Sus últimos diez años de vida los dedicó a superar el odio que le llevó a los campos de concentración nazis siendo una niña y en los que vio morir a su madre. El mismo odio que le demostraron los que en los años 70 le llamaron "puta" por defender la ley que permitía la interrupción del embarazo. Pese a todo ello, Simone Veil decía que ser mujer era su mejor fortuna.
Francia tiene la oportunidad de hacerla entrar por derecho propio en el Panteón de París, donde solo hay dos mujeres entre 70 hombres ilustres. Los valores que defendía Veil son los que definen a Europa.