Si tu hijo es vergonzoso, deja de hacer esto

Madrid

La primera aclaración es que no es lo mismo la timidez que la vergüenza. "Yo puedo no ser tímido y que me de vergüenza enfrentar determinadas situaciones", explica la psicóloga Rocío Ramos Paúl. Nos referimos a momentos concretos en los que el niño se retrae. Es decir, puede ser capaz de relacionarse con sus amigos o ir de campamento sin ningún problema, pero puede que no quiera disfrazarse.

"Son más vergonzosos con los adultos. La típica escena en el ascensor en la que el vecino le pregunta al niño algo y éste no responde", dice Rocío que recomienda a los padres no contestar nunca por el hijo. La razón es que no le permitimos que se dote de las herramientas necesarias para afrontar la situación. "Nos tenemos que callar, no responder por él. Muchos padres contestan por su hijo y así le hacemos un flaco favor", apunta.

"No le obligues si no quiere dar besos"

Luego viene la segunda parte. Cuando la situación ha acabado, la psicóloga recomienda hablar con el niño. "Le podemos preguntar, ¿por qué no has respondido? Quizá nos diga que no le gusta que le pregunten. Pero, le podemos explicar que la próxima vez puede responder, aunque sea con un saludo, sin necesidad de extenderse".

Capítulo aparte merece el tema de dar besos, sobre todo si es a personas que los niños ni concocen. "Otra cosas es el contacto físico. Y más si es con personas que no saben ni quienes son. Si no quieren dar un beso, no pasa nada, no podemos obligarle. Es muy distinto a decirle que salude", explica.