La invasión de la histeria

Madrid
Se observa una crispación que se parece, por fortuna aun de lejos, a la que precedió a los peores momentos de España y que con tanto detalle relata Paul Preston en su libro El holocausto español. Cada día ocurren en los medios, en el Parlamento y en la calle escenas que indican que estamos de los nervios y que lo que sucede en esos ámbitos no calma a histeria de la población. Sucesos pequeños que van creando muros. Las personas públicas no pueden pasar sin ser molestados y en el ámbito privado el diálogo está vedado por la intransigencia. Debo decir que esta situación me pone particularmente triste.




