Sin prisa pero sin pausa
Josep Ramoneda reflexiona sobre el pacto entre PSOE y Podemos en Castilla-La Mancha, la declaración de Rajoy y el papel de Macron en la presidencia francesa
El dietario de Ramoneda del 25 de julio de 2017
01:48
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Barcelona
Las bases de Podemos aprueban su entrada en el gobierno de Castilla la Mancha. Un paso más para demostrar que Podemos y el PSOE pueden entenderse. Sin prisa pero sin pausa, si siguen avanzando así podrán empezar a pensar en el gobierno de España. Guste o no a unos y otros, difícilmente encontraran otro camino.
Más allá de la melancolía y las comparaciones sesgadas con el presente, el 25 aniversario de los Juegos de Barcelona interpela a los Comunes que gobiernan la ciudad. Aquella operación fue el instrumento para consolidar el gran salto de una Barcelona que dio rienda suelta a su singular conciencia cívica. Desde entonces han cambiado muchas cosas. La capital catalana siga instalada en el éxito pero necesita a una readaptación a los tiempos nuevos, con banderas como la ecología y como la activación de una alianza de ciudades como sujeto político global. Los Comunes llegaron hace dos años al ayuntamiento de Barcelona: parecía que los relojes marcaban la hora del nuevo cambio. Pasa el tiempo y no acaba de emerger un proyecto de futuro bien articulado y sostenido socialmente. Ada Colau y los suyos tienen que dar señales indicativas de hacía donde quieren ir.
Mañana, por primera vez, un presidente del gobierno en activo ira al juzgado para hablar como testigo en un caso de corrupción. Es un hecho nuevo pero no sorprendente, dado el nivel alcanzado por las aguas turbias en la estructura del PP. Tantos años en la cúspide, Rajoy debería saber. Es probable que todo quede en una foto del presidente en la tarima de los abogados, porque se le ha liberado de la proximidad del banquillo. Pero es innegable que el PP tiene un problema y no se lo quita de encima.
Macron en su hiperactivismo global patrocina un alto fuego entre los dos poderes que se reparten Libia. El papel de Francia en el mundo sube. Me ha acordado de una frase del General de Gaulle: “Yo me ocupo de Francia, son mis ministros los que se ocupan de los franceses”. A de Gaulle los ciudadanos se lo permitían, ¿serán tan tolerantes con Macron?