Rayden: "Hay que hacer lo que uno quiere y no tener miedo al qué dirán"

Madrid

David Martínez Álvarez, conocido como Rayden, canta que no hace rap, que construye "puentes de plata". Este tema, titulado No hago rap, es parte de la apertura de su cuarto disco: Antónimo (Warner, 2017), el primero de una futura trilogía. Para él, el arte no es solo un hobby, sino también cultura. "En No hago rap juego con la ironía. Con el anterior disco tuve la suerte de colaborar con gente como Rozalén, Marwan, Leiva... Suele ocurrir que en estilos de arte minoritarios hay abanderados, gente que ha inventado la Coca Cola, que indican el grado de pureza de algo. Entonces, en el momento que yo colaboraba con artistas que admiro y que, a la par, son sensibles de colaborar conmigo, porque podemos hacer cosas bonitas en común, ya hubo gente que decía que lo que yo hacía no era rap. También estaban los poetas que decían que lo que yo estaba haciendo no era poesía", le contaba a Macarena Berlín en Hoy por hoy. Y un rapero no está obligado a hablar de sí mismo como si tuviera que estar demostrando que siempre hace rap.

En todas las artes, sobre todo cuando hay purismos, siempre proliferan los sectores más conservadores que opinan, piensan y dicen que los cambios son sinónimo de venderse. Como que todos han de tener una etiqueta determinada. "Yo siempre tengo etiquetas: 'El de los gallos', 'El de los cuervos'...". Comparándolo con el anterior álbum (En alma y hueso), en Antónimo hay otros giros, nuevos caminos, distintas estrategias para un único objetivo: expresar. "Me gusta cuando se refleja cualquier temática desde el poso del creador". Pero no hablando en tercera persona, como si estuviera por encima del bien y del mal o que ni siente ni padece. "Si hablas de algo, que se muestre tu opinión".

Rayden, también, lleva publicados dos libros: Herido diario (Frida, 2015) y Terminamos y otros poemas sin terminar (Espasa, 2016). En su caso, ¿la música es un complemento de la literatura? "Para mí son dos hermanos mellizos de la misma madre que tienen mucho en común pero a la vez no tienen nada que ver", responde el autor. A pesar de todo, de las historias y de los miedos, cabría preguntarse si un rapero teme cuando ha sido padre, como ha sido el caso de Rayden. El mundo, sobre las nuevas generaciones, espera libertad y revolución. Vivir es bonito, pero más bonito es "anteponerse a la vida y vivir viviendo".