El innegable efecto Sánchez
El subdirector de 'Hora 25' reflexiona sobre los resultados del último CIS y cómo afecta a los partidos
La firma de Pedro Blanco: El innegable efecto Sánchez
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Madrid
Apuntes para una encuesta de un 4 de agosto. El regreso de Pedro Sánchez a la Secretaría General del PSOE sirve de tapón y de imán al mismo tiempo, frena la fuga de votos y atrae a una parte del electorado desencantado con el partido socialista. El llamado efecto Sanchez acerca el PSOE al PP y lo aleja de Podemos, la rentabilidad al menos en estos primeros compases de este nuevo tiempo es innegable. Incluso si se compara a Sanchez con Sanchez, al de hoy con el de diciembre, a la hipótesis con el resultado, también hay una mejora de algo más de dos puntos.
El balanceo en la intención de voto del PP es relativamente suave. En esta encuesta pierde tres puntos, el impacto de los escándalos que no dejan de salpicar a ese partido es casi marginal posiblemente porque no haya mucho más hueso que roer. En todo caso, esta encuesta no recoge el efecto de la declaración de Rajoy ante el tribunal del caso Gürtel.
La moción de censura impulsada por Podemos ha tenido una rentabilidad bastante rácana, ni sirvió para apartar del poder a Mariano Rajoy, eso era una obviedad, ni ha mejorado sustancialmente las proyecciones electorales de Pablo Iglesias y los suyos que suben 9 décimas en intención de voto. Hoy podemos, si nos creemos las encuestas, está algo más lejos de ser la fuerza hegemónica por la izquierda. Si piensa en sus propios intereses, el regreso de Sánchez no es la mejor noticia. Y sin embargo, por primera vez en los últimos meses, la suma de esas dos fuerzas supera a la del PP y Ciudadanos. La alternativa de la izquierda es al menos una posibilidad demoscópica y porcentual. Castilla-La Mancha será un laboratorio, Cataluña la prueba de resistencia.
El problema político más grave que afronta España es uno de los que menos preocupa a los españoles. Aunque es cierto que la preocupación aumenta en esta última encuesta, el proceso independentista es un problema menor para los encuestados, solo el 0,9 por ciento lo señala como el primer problema, un 0,9 por ciento. Asumamos que no es por falta de información, que casi nadie en este país ignora que hay una parte de catalanes que quiere romper con España. Así que o no nos creemos la ruptura o la damos por descontada.